Los neumáticos o ruedas son objetos muy útiles que usamos a diario pero que una vez que terminan su vida útil hay que tratarlos de forma adecuada.
¿Por qué?
-Si son enterrados, ocupan mucho volumen en los rellenos sanitarios, con un tiempo muy largo de degradación: el descarte de neumáticos en Argentina supera las 100.000 toneladas anuales y cada neumático demora unos 600 años en descomponerse aproximadamente.
-Si se abandonan en espacios públicos o domésticos, pueden generar un hábitat propicio para atraer roedores e insectos.
-Si se queman o incineran, liberan gases tóxicos que dañan el ambiente y la salud.
-Si se intenta alargar su vida útil y seguirlos usando en vehículos, aumentan la probabilidad de provocar accidentes de tránsito.
Por eso reciclar neumáticos se vuelve muy importante.
En una planta industrial adecuada, los neumáticos pueden ser transformados para su posterior reutilización.
Los neumáticos se componen en un 80% de caucho, 15% de acero y 5% de fibra textil.
Con hornos y maquinaria especialmente preparados para no emitir gases tóxicos durante el proceso de reciclaje, se recupera el caucho, que es utilizado para la fabricación de pisos, pavimentos deportivos y canchas sintéticas, entre otras aplicaciones.
Por otro lado, en el proceso de reciclado también se recupera el acero y los restos de la tela para luego ser destinados a nuevos usos, aprovechando cada uno de los componentes del neumático.