Separar en origen es el primer paso del proceso de reciclaje. Comienza en tu casa, cuando disponés por un lado los residuos que pueden ser reciclados, por otro los que pueden ser compostados y, por otro, la basura (residuos no reciclables ni compostables).
Esta primera clasificación la tenemos que hacer en origen, es decir en nuestra casa, club, trabajo o comercio.
Separamos en origen para compostar los restos orgánicos y para que los recolectores recojan en distintos camiones los residuos reciclables secos y la basura (residuos no reciclables ni compostables).
¿Cómo separamos en origen?
Con tres tachos diferenciados: uno para los reciclables secos🗑, otro para los residuos compostables🗑 y otro para la basura🗑.
Los residuos reciclables secos los tiramos en un tacho, siempre limpios y secos🧼, y luego los tenemos que llevar a los Puntos verdes o Ecopuntos para los recolectores los lleven al SIRVe. Ahí serán clasificados por tipo de material y enviados a plantas recicladoras.
¡Enterate cuáles son los reciclables secos acá!
Los restos orgánicos compostables los tiramos en un tacho aparte y luego lo llevamos a una abonera/compostera: podés armarte una en tu casa si tenés jardín o llevar estos restos a la abonera de algún vecino o vecina que tenga o a alguna abonera comunitaria.
¡Enterate más sobre cómo separar y compostar tus restos orgánicos acá!
Los residuos no reciclables los tiramos en otro tacho y los dejamos en los cestos domiciliarios para que los recolectores los lleven al relleno sanitario de Alicurá.
Enterate cuáles residuos son basura (residuos no reciclables ni compostables) acá.
¿Para qué separamos en origen?
Separamos en origen para que los residuos reciclables puedan clasificarse en la planta del SIRVe y luego enviarse a las plantas recicladoras.
Si tiramos estos residuos reciclables mezclados con residuos no reciclables, se ensucian y ya no se pueden clasificar.
Es decir, si separamos nuestros residuos, podemos reciclarnos, si los tiramos todos juntos, se vuelven basura.